A pesar de haber sido vecinos durante años, nunca llegué a conocerlo personalmente más que de hola y adiós, pero no me equivocaré mucho si os digo que Antonio "el gitano" era una de esas personas que vivía por y para sus dos pasiones: su familia y su profesión.
Ejerció durante años como masajista a la antigua usanza en el Racing C. Ferrol y sus manos ganaron en conocimiento bajo la magia de Torrado "O Bruxo" en el gimnasio del mítico OAR Ferrol , con él emigró al Zaragoza para volver a su tierra esta vez al que sería su equipo grande y su pasión durante años, el R.C. Deportivo La Coruña, donde fue participe del SuperDepor de los Naybet, Djalminha, Jukic, Bebeto, Fran y compañía, con un Depor de Champions, ganador de copas y supercopas, además de una liga como culmen de su carrera antes de retirarse.
Ejemplo de superación ante las adversidades, su vida se vio ligada al fútbol desde muy niño donde como jugador peleó por la camisola verde hasta juveniles, pasando luego a formar parte de la familia racinguista como ayudante de utillero a la antigua usanza.
Antonio Vázquez "el gitano" nos dejaba hace ya una década, vaya desde aquí un pequeño homenaje a la figura de un personaje que en la sombra lo dio todo por el fútbol.
Una década sin la magia de Antonio "El Gitano"
Él es un hombre de club. Él es un hombre de magia en las manos. Él es aquel del que siempre se hablará en presente después de una década en algún lugar donde de igual manera sentirá deportivismo. Él es Antonio Vázquez, "El Gitano", masajista eterno del Deportivo.
Una mirada al banquillo de Riazor. En la retina, múltiples protagonistas desde la década de los 80 hasta el año 2.000 y un mismo hombre a un lado que no participa directamente en el juego pero sí en la puesta a punto física y psicológica, Antonio Vázquez " El Gitano". Es un hombre de club con media vida dedicada al deporte que ama y que un día hasta llegó a practicar como extremo rápido y habilidoso del otro equipo de su corazón, el Racing de Ferrol.
A partir de ahí un saber heredado, unas manos mágicas que miman a los protagonistas del espectáculo con los que se acaban compartiendo horas de tratamiento y, con total seguridad, horas de charla, anécdotas y sabiduría puede que también heredada.
Es un hombre que forma parte de la tradición como la tradición forma parte de su cultura y de su etnia. Es aquel que se puede ver en los pósters de plantilla junto a Traba, José Luís, Fran o Djalminha. Es parte del Super-Dépor mágico que esculpe una generación de deportivistas. Es la figura que se ve saltar al campo corriendo al auxilio del dañado. Corta estatura, indumentaria deportiva, tez morena y maletín en mano.
Existe un mundo paralelo en un club, un trabajo conocido solamente por aquellos que lo ejercen
Con total seguridad tras las cámaras o lejano al ojo del espectador existe un mundo paralelo, un trabajo conocido solamente por aquellos que lo ejercen y por los otros que lo disfrutan. Trabajo en la sombra para muchos pero no tanto para él que, portador de un carisma que se posee de forma innata, logra colarse en la memoria y en el recuerdo de miles de deportivistas.
Forma parte del grupo de los que siempre están, de los que ven pasar años, futbolistas y acontecimientos unidos a unos colores y a un deber. Forma parte de los de siempre junto a Barros Botana, Jose Ángel Franganillo o Suso Méndez.
Su despedida soñada con un Dépor campeón de liga
El día de su despedida elige un momento para culminar una trayectoria y para ver cumplido su sueño y el de todos, ver a su Deportivo campeón de Liga. Es un viernes 19 de mayo del año 2.000 y él es aquel que se encuentra en la histórica instantánea junto a los héroes, risueño y tranquilo como en tantas otras instantáneas a lo largo de más de 20 años de dedicación.
Se encuentra en la histórica instantánea junto a los héroes, risueño y tranquilo
Ese día no es como cualquier otro, se acaba un ciclo para él y se abre otro para su equipo. Es un día grande para celebrar y él abandona en el mejor de los momentos, con la conciencia tranquila.
Se dice que lo que él hace es magia, la misma que hace que se hable en presente de los que ya no están en este mundo, pero que aún así perviven en los que se quedan.
Se cumple una década de que la magia de unas manos, guardadas en la memoria del deportivismo, pasa seguro a otros menesteres. Él es Antonio Vázquez, "El Gitano", masajista eterno del Deportivo.
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