jueves, 13 de febrero de 2014

Hago lo que quiero, cuando quiero, como quiero y cuando me da la gana'


El superheróe del artículo 34

El añorado Andrés Montes sintetizaba el aplastante dominio de Shaquille O’Neal con una frase mítica que repetía, como un mantra y cada noche, después de cada una de sus portentosas exhibiciones: ‘Es el artículo 34 de la liga. Hago lo que quiero, cuando quiero, como quiero y cuando me da la gana'. La síntesis de ese imperio dominante,  multiplicada por diez, se quedaría corta para reflejar, con exactitud, la hegemonía de Messi en el fútbol.
Decía Guardiola que si el argentino no marca en un partido es noticia y que, si no lo hace en dos, es una crisis.  El mejor de todos los tiempos, en su permanente carrera por superarse a sí mismo – sano no tiene rival-, regresa por enésima ocasión –porque nunca se fue- y parece dispuesto a poner el intermitente izquierdo en el tramo decisivo de la temporada.
Messi, como la velocidad, es espacio partido por tiempo. Si se encuentra sin piernas, paso atrás y rol de asistente. Si su motor es fiable, acelera pasando de cero a cien para firmar goles de museo y obras de arte en movimiento. Ahora ya no sólo juega para abrir bocas (Valdano sostiene que quien quiere al fútbol no puede no querer a Messi), también disfruta tapándolas (Cappa decía que había perdido la pasión por el juego). El culé, sospechoso habitual del tremendismo después de dos malos resultados, ha vuelto a abrazarse al Messi nuestro que estás en los cielos y él, toda vez que han santificado su nombre, ha hecho su voluntad, así en la tierra como en el cielo. Su penúltimo registro le iguala al mito Zarra, con 355 goles. El rey león los anotó en 352 choques, el diez en 402 pero…con sólo 26 años.
Si uno de cada cuatro británicos cree que Supermán es un héroe de la Biblia – no, amigos, no es broma-, nueve de cada diez aficionados al fútbol asumen que no existe titán más poderoso que este argentino de cómic que colecciona goles de proporciones bíblicas. Vive en su mundo, parece jugar de espaldas al resultado y se entretiene alternando fugas temporales con apariciones fulminantes.  Messi contra el mundo, gana Messi. Metro a metro, quiebro a quiebro, sortea el bosque de piernas que anhela convertirle en carne talada. El mejor escapista de la historia del deporte mundial desactiva cualquier campo de minas. Su rutina es lo asombroso y su costumbre, el fuego sagrado del gol.
Posdata: Muchos dejan entrever que se está reservando, que se está cuidando, que se está guardando para el Mundial. La realidad es que eso lo están haciendo otros y que él, apoyado en Iniesta, se está empleando a fondo para demostrar que aplica el artículo 34.
Rubén Uría / Eurosport

Fuente: http://es.eurosport.yahoo.com/blogs/ruben-uria/superh%C3%A9roe-art%C3%ADculo-34-232609205--sow.html#more-id

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