martes, 11 de julio de 2017

Tribulaciones de un juntaletras

Invertir en deporte, dicen, en el fútbol especialmente. Invertir en mercancía supuestamente revalorizable. Comprar a bajo precio peces ahogados en su propio mar y darles de beber pózimas milagrosas, son los mejores argumentos en las más de las ocasiones, en las menos las medicinas tradicionales acaban por tapar las heridas de los anzuelos y desgraciadamente en algunas sin remedio, nada se puede hacer ya por el pececillo moribundo. Así los tiburones se comen el bacalao, se lo llevan crudo y destrozan con sus potentes mandíbulas a los  pequeños apuntes de pez espada. Mientras los alevines crecen ajenos a toda esta voracidad y los benjamines sueñan con llegar a dominar los mares. Los pre ni se imaginan por donde van los tiros y pobres indefensos se afanan en avistar anzuelos con miñocas de pacotilla.

Así las cosas y mientras algún futbolista funde copas en Ibiza y su repre se revuelve entre mariscadas y fajos de billetes de un color que todavía desconozco, algunos iluminados se lo curran a base de mercadeo barato y con tal de conservar el ego, juegan con las ilusiones de hasta tantos niños como quepan en un equipo de F8 y se ofrecen como ideólogos de tácticas de tres al cuarto para ganar no se que ligas de no se que competiciones en las que tan solo priman el ganas o pierdes y si empatas ni pa ti ni pa mi. Que coño de campeones, que coño de quedar primeros, que coño de 25-0 y que coño de torneos de biberones para disfrute de los mayores. El chupete es para disfrutarlo y no para sufrirlo después de la pachanga.

A estas horas uno ya no sabe bien si está afectado por el virus de la sensatez o si es que se deja llevar por los vientos de una esencia que día a día se pierde irreversiblement,  tanto que ya nada ni nadie parece valorar. La misma que un día hizo que este junta letras se tomara a pecho aquello de que lo más importante son los niños....


P.D.:  Para aludidos, el agujero de ozono cada vez es más grande y en nada todos abrasados.